DESDE MI PUNTO DE VISTA.
El socialismo es la mejor arma
que tienen los países que han sido atacados drásticamente por el capitalismo
feroz, los países que han sido ultrajados y robados en los cuales los intereses
de algunos actores políticos y dueños de grandes, de inmensas corporaciones acaparaban
todo, para sus comodidades y así acrecentaban su riqueza personal, en aquellos países
donde solo quedaban migajas para los pobres donde no han tenido ni un poco
igualdad, de equidad, en esos países donde los derechos de los trabajadores,
amas de casa, niños, mujeres y discapacitados, toda la parte más vulnerable de
una sociedad, donde no había una escuela pública en buenas condiciones, donde
no había hospitales sin costos algunos con buen funcionamiento y ni medicinas,
no había carreteras en óptimo funcionamiento, en todos aquellos países donde
solo les importo engordar sus bolsillos a costillas de los demás y no
respetaron nada, ni brindaron seguridad social.
El socialismo tiene las armas,
es portador de herramientas de redistribución territorial, económica y social.
Esto es factible hasta cierto punto cuando el socialismo se convierte en la idolatría
de sus fomentadores y autoridades se va cuesta abajo y la sociedad hace un
llamado urgente a nueva generación de capitales de inversión que permitan
abrirse mercado en nuevas técnicas de desarrollo humanístico que junto apolíticas
rígidas y bien manejadas puedan convertirse en esa escalera al crecimiento económico.
Pero, ¿si se les permite la
entrada a nuevas técnicas foráneas, se olvidarían las costumbres y tradiciones
propias de dicha sociedad? Sea en el ámbito social o cultural, las dos permitirían
comercializaciones que dejarían beneficios económicos, pero ¿de qué lado de la
moneda se acrecentaría más?.
Nace una interrogante: ¿Es el
estado el encargado de generar empleo?, o simplemente alimenta a sus burócratas,
o es que ¿el capital por sobre encima de las personas brinda una mejor calidad
de vida?.
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